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Académicos destacan alta participación y compromiso en el primer Programa de Liderazgo Femenino (LI*FE)

03 Diciembre 2021

Compromiso y alto interés y participación, son algunas de las características de esta primera generación LI*FE que destaca por el equipo de profesionales del Centro de Ingeniería Organizacional (CIO) que impartió el programa.  

¿En qué se diferenció respecto de otros programas de liderazgo?

Desde su génesis, el Programa LI*FE fue muy diferente a otros. El CIO diseñó el programa completamente a la medida, en base a un riguroso diagnóstico de necesidades y levantamiento de experiencias de mujeres que se desempeñaran en cargos de liderazgo en el mundo de la ciencia, tanto en el sector público y privado. 

Si tuviéramos que relevar tres elementos diferenciadores, destacaríamos los siguientes: primero, la diversidad. Aunque todas las participantes compartían ser mujeres, científicas y líderes, en los espacios de reflexión su diversidad afloró. Como dijo una participante: "no todas somos iguales pero hemos pasado por procesos parecidos." Otra participante agregó: "las mujeres tendemos a ser más diversas que los hombres, tenemos muchos más colores en nuestra estructura de vida." 

El segundo elemento diferenciador fue la formación de redes, que partió desde la primera sesión. El tercer elemento diferenciador fue el autoconocimiento. Como dijo una científica: "los reportes del curso fueron muy útiles; nos ayudaron a conocernos y a conocer al grupo humano. El curso nos dio más herramientas y cómo usarlas." 

¿En qué se centró el aprendizaje? 

El Programa LI*FE combinó la entrega de modelos formales de conocimiento y herramientas prácticas con la enorme riqueza de las experiencias compartidas por todas las participantes. Se crearon espacios seguros de reflexión acerca de los desafíos que cada participante ha tenido que enfrentar en su rol de líder. Esto requirió una introspección profunda y la generosidad de compartir sus hallazgos. Una científica dijo: "me quedo con dos cosas: autoconocimiento y desarrollo de empatía" .

Varios instrumentos de diagnóstico apoyaron el autoconocimiento. El desarrollo de habilidades directivas incluyó temas de liderazgo, comunicaciones, resolución de conflictos y negociación. Las clases plenarias fueron complementadas por tres sesiones en mini grupos de hasta 6 personas y dos sesiones individuales. Como el grupo era grande (60 participantes más 10 becadas por el CIO, todas seleccionadas por el Ministerio de Ciencia), aprovechamos las facilidades de la plataforma Zoom para formar grupos de discusión en cada clase plenaria. Las clases virtuales fueron valoradas por las participantes, ya que permitieron una amplia participación regional que no habría sido posible en un formato presencial. Una científica dijo: "en esta modalidad virtual todas somos iguales.” No obstante, agregó: “nos faltó tiempo para armar más comunidad, por lo que sería bueno organizar un encuentro presencial.” 

¿Cuáles fueron las herramientas más valoradas por las participantes? 

Primero, la oportunidad de crear una comunidad. Muchas compartieron la soledad del liderazgo y lo importante que fue conocer a otras mujeres que estaban pasando por lo mismo. Segundo, apoyarse mutuamente para seguir avanzando. Tercero, asumir entre todas el compromiso de trabajar para fortalecer la red, incorporando más mujeres. Finalmente, las participantes destacaron la oportunidad de conocer modelos y herramientas específicas asociadas al desarrollo de habilidades de liderazgo que no necesariamente habían sido parte de su formación previa.

¿Qué reflexiones surgen de esta primera versión?

Ha sido un privilegio conocer a mujeres líderes fuertes y empáticas, la combinación perfecta para enfrentar estos tiempos difíciles de pandemia. Aprovecharemos los aprendizajes de este programa piloto para ajustar las próximas versiones. A la vez, continuaremos apoyando a esta primera generación a fortalecer su red. El Centro de Ingeniería Organizacional está comprometido con este esfuerzo, que está en línea con nuestros valores de ayudar a crear una sociedad más justa con equidad de género, que es precisamente lo que cada participante en el Programa LI*FE hace día tras día.